"En su ausencia, no cabía duda —aquéllos guerreros cruzarían la frontera y comenzarían a arrasar todas las manadas al sur.
Caña pensaba lo contrario. No era el momento adecuado para él abandonar el sur y ahora tenía una razón sólida para ello. No le emocionaba particularmente la oportunidad de encontrarse con el Serafín y, como habían sucedido muchas cosas y su plan había cambiado completamente, el Serafín ya no era una pieza de ajedrez importante en su tablero.
Si acaso, al saber que Iris estaba con su primer hijo, se mostró aún más reacio a dejarla conocer a esa mujer. Sintió que las cosas tomarían un cambio drástico si se enteraban de este licántropo, el Serafín y el Decrático. Era como una caja de Pandora y Caña no quería agregar más complicaciones a su circunspección.
—Nolan, puedes marcharte si quieres, por si acaso la situación se sale de control —dijo Caña—.
