—¿Cómo te sientes? —Gracia la saludó cuando escuchó el gemido de Iris y sus ojos finalmente se abrieron con dificultad para observar su entorno.
—H- Hanna...?
—Ella fue a buscar agua caliente para limpiar tu cuerpo —respondió Gracia—. Luego colocó su mano sobre su cabeza y sonrió aliviada. —Tu fiebre ha bajado.
—¿Cuánto tiempo... he estado durmiendo? —Iris miró el cielo brillante afuera, era tan raro ver un cielo despejado, ya que recientemente había estado lloviendo tan fuerte.
—Es mediodía. El alfa me habló de ti anoche —Gracia sostuvo su mano y tomó su pulso—. Estabas en celo anoche. ¿Sientes dolor en algún lugar?
Con la sanadora mencionando el celo, Iris recordó lo que había sucedido —. Mi cuello.
La expresión de Gracia se volvió cenicienta —. He aplicado medicina en tu cuello, probablemente tendrás dolor de garganta, pero los moretones desaparecerán en una semana.
