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Una Nueva Vida (Romance Gay)

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Synopsis

Chapter 1 - 1 - Adelante

El sudor le corría por la frente a Paulo mientras hacía las maletas de una vez por todas. Ya había renunciado a su trabajo, donde había pasado los últimos diez años. Le gustaba mucho la empresa en la que trabajaba y las personas que le rodeaban, pero en ese momento necesitaba un cambio. Y uno grande.

Llevaba meses posponiéndolo, pero la señal que buscaba llegó a través de un mensaje en LinkedIn: una oferta de empleo remoto. Podría trabajar desde cualquier lugar de Brasil si quisiera, y con un salario algo superior al que tenía antes. No tuvo que pensárselo dos veces para aceptar y darle una oportunidad a esa idea loca suya.

Pronto se mudaría a Chasses, donde viviría en una casa de madera en medio de la nada, rodeado por un gran bosque, animales y un jardín precioso donde podría sentarse durante horas a leer sus libros de terror favoritos, sin preocuparse por nada más. No es que tuviese experiencia con jardines o plantas, pero estaba dispuesto a aprender. Y, por supuesto, tendría tiempo de sobra para ello, teniendo en cuenta que en el pueblo no había mucho que hacer.

Hacía tiempo que su gusto por la ciudad grande y las multitudes iba disminuyendo cada vez más. La idea de vivir en un pueblo pequeño y aislado, donde pudiera tener animales, plantas, un patio bonito y nada del ruido de la gran ciudad, crecía cada vez más dentro de él. No sabía de dónde venía exactamente ese deseo, pero tenía la ligera sospecha de que siempre había estado allí, simplemente escondido o dejado de lado, hasta hacerse tan pequeño que ya ni se acordaba de él.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que pensó en eso por primera vez? ¿Cinco años? Por aquel entonces aún estaba casado con su exmarido. Diez años juntos. Diez años de muchos buenos recuerdos y aprendizajes. Pero la vida pasa, las personas cambian, y los dos, por desgracia, empezaron a tener gustos que iban en direcciones opuestas. Así llegó la ruptura, hace unos seis meses. Además de otro factor importante que apareció en la vida de Paulo y que le hizo cuestionarse todo lo que creía que le definía. Algo de lo que no le gustaba hablar con nadie, y que todavía hoy le causaba vergüenza cuando lo recordaba o pensaba en ello.

Dejaría atrás a algunos pocos amigos, pero hoy en día eso no era realmente un gran problema. Además de poder hablar con ellos todos los días por el móvil, viajar hasta Blumenau no le llevaría tanto en coche. Solo necesitaba una nueva experiencia, vivir en un lugar aislado. Siempre había vivido en una ciudad grande, con acceso fácil a todo, donde siempre había gente por todas partes. Donde nunca se tomó el tiempo de pensar en lo que realmente le hacía ser él mismo.

Había pensado mucho en eso los últimos días. La gente hablaba a menudo sobre personalidad, y él nunca había entendido muy bien cuál era la suya.

Le gustaban los libros y el terror. A veces le gustaba escribir. A veces también le gustaba jugar videojuegos. Con los años, le gustaba cada vez menos salir a discotecas y bares. Una vez por semana le bastaba para querer pasar el resto de los días en casa, disfrutando de una buena película, un buen libro o un buen juego. Pero ¿era eso su personalidad? ¿Ser tímido era una personalidad? ¿Gustarte leer lo era? ¿Ser creativo contaba como personalidad? No sabía responder, y en el fondo pensaba que en realidad no importaba mucho. La gente debería vivir más y hacer lo que le gusta, en vez de buscar formas de describirse o definirse.

Basta con encontrar personas con gustos similares a los tuyos para pasar horas hablando de lo que os gusta, o conocer a otras con gustos diferentes, y pasar también horas hablando con ellas y descubriendo cosas nuevas que podrían gustarte.

Mirando ahora la habitación, casi completamente vacía, las lágrimas le corrían por el rostro. Tantos recuerdos de los diez años de matrimonio le pasaban por la cabeza. El día en que se mudaron a ese piso para empezar una vida juntos. Donde hicieron planes para el futuro, planes de viaje, planes de envejecer juntos y morir solo cuando tuvieran noventa años, chochos y sin dientes, pero felices por haber compartido toda una vida juntos. En su mayoría, recordaba momentos felices, pero también venían a la mente los malos. Las discusiones tontas por la forma en que uno le hablaba al otro cuando estaban de mal humor. La primera gran pelea que tuvieron, porque Paulo se quedó hasta tarde bebiendo con los compañeros del trabajo y ni siquiera avisó al marido. Y la más reciente y dolorosa de todas, la que hizo que Paulo finalmente pidiera el divorcio.

Paulo sacudió la cabeza para apartar los recuerdos. No servía de nada quedarse llorando por algo que ya pertenecía al pasado. Tenía que centrarse en la vida que le esperaba y en las nuevas experiencias por venir.

Cuando terminó de hacer las maletas, fue hacia la puerta para dejarlas allí. Echó un último vistazo al piso, ahora completamente vacío, y luego fue hasta el coche para finalmente conducir hacia su nuevo hogar.

Serían seis horas de viaje. Y su corazón latía con alegría, tristeza y emoción por lo que estaba por venir. Si no le gustaba llevar una vida más tranquila y pausada, no pasaba nada. Siempre podría volver a la ciudad y empezar de nuevo. Pero necesitaba vivir esa experiencia para asegurarse de que no era solo un deseo o una fantasía de su cabeza.

Giró la llave en el contacto y arrancó el coche. Cerró los ojos y murmuró en voz baja:

—Chasses, que me devuelvas las ganas de vivir que dejé atrás hace tiempo.

Como si el universo bendijera el futuro de su exmarido y amigo, apareció un mensaje de Carlos en la pantalla del móvil:

“¡Buena suerte con tu nueva vida, mi amor! Si necesitas algo, siempre estaré aquí.”

Paulo sonrió y sintió que una paz le invadía.

El universo ya estaba actuando. Y parecía prometedor.