"Robin sabía que tenía que aclarar el tema de su presencia en la casa de Sabrina debido al asunto del embarazo.
Así era como parecía, pero no era la verdadera historia.
Por ahora, no tenía intención de dejar a Zayla y a su padre sin castigo, aunque su tortura no comenzaría inmediatamente.
Quería presenciarlo él mismo, por lo que tendría que esperar hasta que terminara la fiesta.
Cuando terminara, el tribunal se haría cargo.
—Lo has oído. Ella no me aceptará de vuelta, así que tú tienes que pagar por ello —dijo Robin con una expresión dolorosa—. Zayla se puso más pálida que antes.
Robin miró al guardaespaldas, que hizo señas para que otro se uniera a él, mientras arrastraban al padre y a la hija fuera del auditorio en el suelo.
Fue una situación muy vergonzosa para un padre y una hija que una vez habían sido orgullosos.
—Eres una estúpida. ¿Has visto lo que has causado? —gritó Kennedy.
