Robin fue lo suficientemente inteligente para deducir de las palabras codificadas de Matilda que Sabrina estaba realmente embarazada, como él sospechaba, y su corazón se calentó.
Para el hombre que era y lidiando con muchas personas astutas, era fácil para él obtener respuestas incluso de las expresiones faciales.
Sabrina podía ocultar las suyas muy bien, pero no Matilda. Parecía tener miedo de Robin, por lo que podía ver a través de ella como a través de un cristal.
—Si eres amiga de Sabrina, entonces, ¿cómo es que nunca te vi durante nuestros tres años de matrimonio? —preguntó. Matilda sintió que si demostraba que era la mejor amiga de Sabrina, entonces Robin aceptaría proteger a Sabrina.
—Después de casarse contigo, Sabrina cerró la puerta a todos. —Cuando Matilda vio que su interés en el tema aumentó, hizo una pausa y aclaró:
— Solo para que lo sepas, no soy tu fan. Odio el hecho de que no puedas quedarte con una sola mujer —dijo fríamente y Robin sonrió amargamente.
