"¿Y qué? Conozco muy bien el cuerpo del Anciano Zenith. ¿Cómo podría él tener alguna enfermedad? Después de todo, ¡solo es que no eres lo suficientemente hábil!"
"¿Es eso cierto?—preguntó Sharon y sonrió luego le extendió la mano a Zenith—. "Anciano Zenith, ¿puedo tomarle el pulso? ¡Doctora Patricia, ven conmigo también!"
Zenith miró a Patricia y negó con la cabeza. Suspiró y dijo:
—Ser impaciente no te permitirá lograr algo grande. Ven y tómale el pulso tú misma. ¡Veamos si te equivocaste o si la Señora joven se equivocó!
"Esto…—murmuró Patricia—. No esperaba cometer ningún error en absoluto. Todos sabían que ella podía diagnosticar la enfermedad de los demás simplemente observando su condición. Además de eso, la enfermedad del Anciano Zenith era una de las mas fáciles de detectar. ¿Cómo podría estar equivocada?
