"El anfitrión sonrió y dijo:
—No soy de Nueva York, pero creo que todos deberían saber quién en Nueva York puede permitirse un coche de lujo tan caro. Además, no fueron dos personas las que compraron este coche, sino una persona.
—¿Una persona? —La multitud suspiró al instante—. ¿Podría el dueño de estos dos coches ser la misma persona?
—Así es. Esto es sin precedentes en el auto espectáculo que presento —El anfitrión sonrió y asintió—. Estos dos coches sí pertenecen a un magnate. Nueva York está realmente llena de talentos escondidos.
El anfitrión no ocultó la admiración en sus ojos. Sus palabras dejaron atónitos a todos los presentes.
Después de todo, estos dos coches eran los autos de lujo de primera calidad que rara vez se veían. Generalmente, las personas que los compraban solo los trataban como una colección. Esta vez, la misma persona había comprado ambos.
¡Uno tiene que saber que esto no es algo que se pueda comprar con dinero!
