—¡No digas tonterías, mocoso! ¿Todavía quieres mentir a tu madre? —June miró a Wallace con diversión y continuó—. La foto en el informe fue claramente tomada. Estabas sentado en el asiento del conductor. ¿Cómo podría ser falso?
—Eso fue solo un informe aleatorio de los medios de comunicación —Wallace no pudo evitar llevarse la mano a la frente y explicar—. Ese coche realmente no es mío, y no puedo permitírmelo en absoluto.
—Si tú no puedes pagarlo, entonces ¿quién puede? No puede ser Sharon, ¿verdad? —Xenon tampoco podía creerlo.
—Así es, el coche realmente pertenece a Sharon —inesperadamente, Wallace asintió.
June levantó lentamente la cabeza. Era como si hubiera sido golpeada por un rayo. Sus ojos se abrieron con asombro. Para ella y para Xenon, el mundo había dado un giro de 180 grados.
