"Dentro de la sala de estar donde se desarrollaba la acalorada conversación entre la suegra y la nuera, Erika se sentaba en su silla de ruedas mientras los observaba con ojos bien abiertos y labios entreabiertos. Nunca en esta vida imaginó que esos cómplices podían pelear.
—Por lo que he escuchado, creo que Felicia está traicionando a Mary y quiere mandarla a la cárcel —concluyó Erika—. Por la expresión en la cara de Mary, era evidente que la mujer mayor no esperaba el repentino cambio de eventos en absoluto. «Verlos pelear de repente me da una idea», pensó Erika para sí misma mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios, pero decidió ocultar su llegada y simplemente observarlos un poco más.
—Tienes el descaro de amenazarme así, Felicia. Si vuelvo a la cárcel, ¿crees que te dejaré quedarte aquí tranquila mientras yo me pudro allí? —Mary cuestionó a Felicia—. Si iba a volver a la cárcel, iba a llevarse a Felicia con ella porque las dos habían escapado de allí juntas.
