En las calles con mucho tráfico.
La loca carrera de Jeanne había causado que los coches en las calles estuvieran constantemente en peligro.
Miró la intersección frente a ella.
Apretó los dientes.
De repente giró su volante, y se pudo escuchar el sonido del coche derrapando. Era extremadamente ensordecedor.
Rápidamente se dirigió hacia la Calle Este.
Coche de todas direcciones se precipitaron hacia ella.
Agarró firmemente el volante con ambas manos y se concentró.
Lo único que le alegraba era que la otra parte no había manipulado su coche. No eran tan inteligentes, después de todo. O tal vez, no esperaban que tuviera tanto control sobre el coche.
De lo contrario.
Definitivamente estaría muerta ahora.
Permaneció tranquila durante todo el proceso y vio un coche negro familiar desde lejos.
El coche estaba estacionado allí con el Cuarto Maestro Swan de pie junto a él.
Él... en efecto estaba allí.
En ese segundo, Jeanne sintió un alivio.
